FOMENTO A LA LECTURA

Primera regla para el fomento de la lectura


Deja que descubran el bosque.
Deja que se pierdan por las hojas, deja que lean lo que quieran, deja que lean lo que les dé la ganaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa.
Déjalos solos en el bosque. La lectura es la soledad. El bosque es la soledad.
Sufrirás..., sufrirás tú, ellos no, pero déjalos solos en el bosque.

Segunda regla para el fomento de la lectura



No recomiendes nunca que lean.
Recomienda libros.

Tercera regla para el fomento de la lectura

Imagen: Conca del riu lector de Joan Portell Rifá, visto en Biblioteca Ceip Sant Jordi.


Para conseguir el mar hacen falta todas las aguas. Para educar a un niño hace falta toda la tribu.

Cuarta regla para el fomento de la lectura





Sólo hay una manera de fomentar la lectura: dar de leer.
Así, nuestros hijos y alumnos dirán que han sido educados porque tuvieron hambre y les dimos de comer, tuvieron sed y les dimos de beber, tuvieron curiosidad y les dimos de leer.

Y les dimos de leer y les dimos de leer y les dimos de leer, y les dimos de leer y les dimos de leer y les dimos de leer, y les dimos de leer y les dimos de leer y les dimos de leer, y les dimos de leer y les dimos de leer y les dimos de leer, y les dimos de leer y les dimos de leer y les dimos de leer y les dimos de leer, y les dimos de leer y les dimos de leer...

Quinta regla para el fomento de la lectura



"Leer es divertido" es un eslogan para imbéciles.


Sexta regla para el fomento de la lectura


Fuente de foto: desvariando ando.
Nunca sabemos cuál será exactamente el libro que despierte el amor por la lectura de una persona. Puede que sea muy distinto a lo que esperamos. Sólo sabemos que el lector encontrará en él algo en común.

Fuente: http://bibliorios.blogspot.com.es/

2 comentarios:

  1. Hola Charo. ¡Un post muy interesante! Gracias a la lectura podemos viajar y trasladarnos hasta los lugares más insólitos y desconocidos, incluida nuestra alma...y, con ello, comprender mejor lo que nos rodea y comprendernos mejor a nosotros mismos. A veces me pregunto cómo podría ser la vida sin literatura, sin libros, sin palabras...prefiero no imaginármelo, la verdad. Sólo sé que la vida no sería la misma.

    Un abrazo,
    Elsa.

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  2. Estoy totalmente de acuerdo contigo, la vida sin libros, noooooooooooo por favor

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